CIRO IMMOBILE: DELANTERO DE LA VIEJA ESCUELA


Carlos Bacca se marchaba  de Sevilla con un registro de 49 goles en dos temporadas. Pese a ello su salida no ha parecido demasiado traumática para los aficionados sevillistas. Y es que el colombiano no ha terminado de dejar esa huella que otros delanteros que le precedieron si consiguieron. Su carácter pausado, alejado de las estridencias, sencillo y no demasiado emotivo y emocional quizá sea la causa de ello. Bacca no ha sido lo que sí fueron delanteros como Suker, Polster, Luis Fabiano, Kanouté o en menor medida Negredo, artilleros que levantaron pasiones dentro de los aficionados del club de Nervión.

Pero más allá de eso, de que su paso como sevillista no haya levantado emociones al nivel de la cantidad de goles convertidos, su rendimiento ha sido tan importante que  Monchi debía llevar a cabo un trabajo de sustitución del colombiano de tintes muy complicados. El gol no es fácil de encontrar, perder un seguro de 25 goles no le apetece a ningún director deportivo de ningún equipo. Pero, a priori, ha llegado a hacerlo consiguiendo que sus aficionados sientan que en el cambio no se pierde nada por el camino, el tiempo dirá si esto es así finalmente.

El Sevilla ha incorporado a Ciro Immobile con la intención de que sea capaz de asumir la cuota anotadora que se ha marchado con la salida de Bacca, y dentro del sevillismo su llegada ha sido recibida con un entusiasmo superior al que podría considerarse lógico ante la pérdida del artillero colombiano. La del italiano ha sido una compra que inicialmente ha agradado al sevillista medio, que no lo tiene muy referenciado en cuanto a juego, pero que conoce de sus logros en temporadas anteriores.

Su paso por la fría cuenca del Ruhr no ha sido demasiado positivo. Como si de un mal presagio se tratara, el Dortmund encajó el primer gol de la temporada 14/15 a los 7 segundos del comienzo de la Bundesliga. Y desde ahí muchas circunstancias se tornaron en contra de los de Klopp en una temporada decepcionante, y de la cual tampoco se salva  Immobile. Pese a lo caliente de la afición Borusser, todo lo que ha rodeado al tiempo que Ciro ha pasado en Alemania ha sido frio, muy frio. Equipo cada vez con menos alma, lesiones, malas rachas, errores, y una plantilla con una forma de actuar muy diferente a lo que el italiano estaba acostumbrado.

Immobile es napolitano, le gusta la cercanía de la gente, compartir tras los entrenamientos, formar piña fuera del campo y crear amistades cuando el balón no rueda que luego generan sinergias dentro del terreno de juego. Sevilla no es Dortmund y ese clima de calor-no físico, sino personal y emocional-y la cercanía con compañeros y afición que no tuvo en Alemania las va a poder  encontrar en Nervión. El andaluz es un equipo que busca expandirse más allá de lo que ya ha alcanzado y donde el buen ambiente entre los jugadores y la conexión con la grada están asegurados inicialmente. Al final el balón es el que marca que estos aspectos se potencien o debiliten, pero parecen arraigados en este actual Sevilla.

Ciro tiene en Sevilla la oportunidad de reivindicarse en aquello que demostró hace dos años en el Torino italiano, el ser un delantero de gran nivel y con la capacidad suficiente para jugar en la selección de su país. Es año de Eurocopa e Immobile es una de las primeras opciones a las que Conte recurría para su convocatoria en caso de que vuelva a dejar muestras de aquel nivel que ya demostró en Turín. Sevilla, además, le ofrece la probada garantía de que todo aquel que quiere en este equipo crece y vuelve a ser quien era o alcanza cotas que no había conseguido alcanzar en su carrera. En Sevilla también encontrará ese calor que no tuvo en Dortmund, por lo que todo está en el tejado del futbolista para volver a ser quien fue.

Los objetivos personales y grupales son evidentes y convergen. El crecimiento personal redundará en el colectivo. Pero para ello Ciro tiene que ser el que ponga toda su convicción y energía en ello. El Sevilla FC no le puede esperar, tiene argumentos para poder seguir adelante sin él, aunque confía en su fútbol sabiendo que mostrando su nivel las cosas serán un poco más fáciles.

A Immobile en Nervión se le pide rendimiento anotador dentro de un entorno que parece propicio para sus características personales, por lo que la pregunta es ¿y qué le ofrece el napolitano al Sevilla?

Ciro es un delantero de esos que cada vez menos abundan y que pertenece a la vieja escuela, a la vieja escuela italiana para ser más exactos. Esa que encarnan los Luca Toni, Di Natale, Pazzini o Pippo Ingazhi por citar algunos más o menos conocidos por todos. Es decir, un delantero no excesivamente llamativo en lo técnico, sin grandes recursos en el regate, pero de los que conocen el oficio de golear en el Calcio italiano. Allí los repliegues son muy  intensivos, las áreas se pueblan de jugadores y las transiciones se convierten en vitales para poder atacar con espacios.

Un killer en la liga italiana debe dominar tiempo y espacio. El tiempo para ejecutar de la manera más rápida posible porque no se le concede demasiado y el espacio para ser capaz de aprovechar o generar las máximas opciones de remate. Immobile es de esa estirpe de delanteros de gatillo fácil y que remata sin controlar cuando es posible, que hace buenos controles orientados, que desarrolla remates con las dos piernas, que tiene un buen disparo desde fuera del área y que posee una  velocidad de armado del disparo muy rápida. Es un ejecutor, no tanto un generador.

Es decir, existe una dependencia importante en su rendimiento goleador con el equipo. Pero si este es capaz de habilitar a Ciro, el delantero responde. Promedia cerca de 50% de disparos entre los tres palos y su definición es notable de cara a portería. Sobre todo busca el disparo raso cercano a la base del palo, donde duele a los porteros, con gran potencia. Y, como explicaremos a continuación, domina el área para llegar a los remates a un toque desmarcado.

Quizá, desde el análisis de su capacidad goleadora, se le puedan achacar dos pegas. La primera es que no es demasiado agresivo en la caza de los rechaces, no es ese delantero que va a esperar el rebote o fallo del portero de forma asidua. Su juego es menos intenso. Y la segunda es que no marca excesivos goles de cabeza, sobre todo porque lo que busca es espacios libres alejándose de la jugada y no tanto aparecer en “la zona lógica de remate”.

Esta cuestión del juego aéreo también se pone de manifiesto en el juego directo, Immobile juega mejor de espaldas y recepcionando con el pecho los envíos largos que prolongando o atacando los balones aéreos, donde no suele ganar un porcentaje elevado de disputas. Y es que pese a que físicamente es un delantero de gran potencia y envergadura su  fútbol no es tan agresivo o intenso como su presencia física puede transmitir.

Según lo que hemos analizado se puede pensar que el napolitano es un delantero puro de área, pero el fútbol actual no va por ese camino. Delanteros tipo Hugo Sánchez que vivan prioritariamente cerca del marco contrario no abundan en la actualidad. A los nueves de hoy en día se les pide muchas más cosas que esas. Y aquí es donde más podemos destacar a Immobile, en sus movimientos. Si en el área domina tiempo y espacio-sobre lo cual volveremos con posterioridad-fuera de ella no le va a la zaga en cuanto al aprovechamiento de los huecos libres que puedan aparecer o pueda generarse.

Ciro es un delantero de grandes desmarques, desmarques sostenidos, amplios y largos si la jugada lo requiere o desmarques cortos si así deben ser según la situación del juego. Sus movimientos van más de dentro hacia fuera que de fuera hacía dentro.

Es un futbolista que tiene capacidad para caer a bandas dando línea de pase y amplitud, aunque ahí su desborde sea relativamente limitado y se exprese mejor en la zona izquierda del ataque donde puede proteger el balón con su cuerpo.






Dentro de su gama de desmarques de la que hablábamos con anterioridad, también utiliza los apoyos entre líneas-aunque mucho más cuando juega con otro compañero en la punta del ataque-. Sin embargo no son los más característicos, superando las rupturas a los apoyos en un porcentaje 70% a 30%, o incluso en un número superior.



En esos movimientos lo que ofrece es una descarga al jugador que viene de cara, ya que-como decíamos antes-no destaca en el regate y el desborde y su porcentaje de acierto en el pase no es demasiado llamativo-en torno al 70%-. Sus asistencias llegan mucho más cuando cae a bandas aprovechando el espacio a la espalda del lateral y desde ahí buscando la profundidad y la posterior asistencia a un compañero. Ese es uno de sus movimientos más característicos, llevándolo a cabo más en perfil izquierdo que derecho.



Pero donde se muestra determinante y marca diferencias es en los desmarques profundos al espacio para encarar portería. Aquí maneja un doble registro, desmarques cortos cuando la defensa rival está replegada con una gran lectura de la línea de retaguardia contraria para no caer en fuera de juego, y desmarques más sostenidos de lado a lado del campo esperando el envío profundo cuando los contrarios dejan un mayor espacio a su espalda.





El fútbol fuera del área de Immobile es desmarque, continuo desmarque, acciones cortas con balón y mucho movimiento.

¿Y dentro del área? ¿Cómo consigue obtener esos espacios de los que hablábamos con anterioridad para rematar? Ciro no es un futbolista al que apasione el contacto, pese a su físico donde destaca la potencia. Tampoco es llamativamente rápido y sus ventajas aparecen por movilidad y arrancada-donde su potencia si marca las diferencias en el momento de la salida en las rupturas- y no tanto yendo al choque.

Dentro del área sus movimientos se dirigen a las zonas menos ocupadas, muchas veces en contra de lo que dicen los cánones futbolísticos más clásicos. En muchas ocasiones, cuando la lógica marca acercarse al balón, Immobile se aleja, o cuando lo habitual sería alejarse, él se acerca.

Es futbolista de segundo palo, de los que se mueven a la espalda del central alejado de la jugada aprovechando las situaciones en las que el lateral bascula demasiado o bascula de menos, atacando mucho menos el primer palo o el centro del área. De esta forma en muchas ocasiones se encuentra sin marca y en una zona donde el portero tiende a sacar los rechaces. Busca muy poco anticiparse por delante a los centrales contrarios ganándoles la posición. Él espera en espacios que la defensa rival defiende peor. 



Otro tipo de desmarque característico de Immobile dentro del área es el de amagar que ataca zona de remate en el borde del área chica para posicionarse en las cercanías de la línea del área grande. De esta forma encuentra suficiente espacio para controlar y disparar o disparar directamente sin oposición de los rivales que tienden a defender los espacios más próximos a su portería. 



El dominio de los espacios y el menor tiempo empleado en la ejecución de los disparos, esas son las dos grandes armas que posee Ciro Immobile. Esas son las características que deberá poner en liza en el Sevilla para que su paso por Nervión sea recordado como el de un delantero de los de la vieja escuela, esos que primero rematan y luego dan explicaciones.

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3 comentarios:

  1. Interesante y magnífico análisis sobre Immobile, altamente constructivo para los que no manejamos fútbol internacional. Enhorabuena

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  2. No sé en que consiste "dejar huella". Lo que tengo muy claro es que Bacca ha dado un rendimiento deportivo y económico muy superior al de los otros delanteros mencionados en el articulo de opinión. Respecto al análisis táctico, me parece muy interesante la información aportada.

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  3. @Dani

    Gracias por tu valoración.

    @Anónimo

    Gracias por tu comentario.

    En referencia a lo que comentas, en el artículo no se pretende entrar en ningún momento en la valoración deportiva o económica de Bacca Es más, en ningún momento se hace porque no es la finalidad del artículo.

    Lo que se hace es establecer el paralelismo con otros delanteros en el plano de las emociones o de la emotividad y carisma que han transmitido a la afición sevillista. Y Carlos ha dejado menos huella en ese aspecto que los citados en el artículo.

    O al menos es lo que yo he podido comprobar al pulsar la opinión de muchos sevillistas al preguntarles sobre que les parecía la venta del colombiano.

    Emotivamente no ha sido un jugador tan espectacular como deportivamente.

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