MONTELLA SE ESTRENA CON COHERENCIA
Pocas veces una eliminatoria de
octavos de final en Copa contra un Segunda división había levantado la
expectación de este Cádiz- Sevilla en la ciudad hispalense. La llegada de Montella
a la capital andaluza ha conseguido de un plumazo levantar la ilusión de un
sevillismo decaído ante el primer tramo de competición que había llevado a cabo
su equipo. Y las retinas estaban deseosas de conocer de primera mano, más allá
de los análisis previos que se habían vertido sobre Vicenzo, las ideas que el
técnico italiano tenía en mente para desarrollar en su nuevo equipo.
Los análisis previos que todos
habíamos llevado a cabo pronto se cayeron. Ni el 1-4-3-3 y el 1-3-5-2 iban a
ser el primer posicionamiento del equipo en la andadura del ex entrenador
milanista. Sorprendentemente, Montella posicionaba al Sevilla bajo un 4-2-3-1
de corte muy clásico, llevando nuevamente a Banega a las posiciones de
mediapunta, y de carácter bastante asimétrico. Esa fue otra de las sorpresas
iniciales en el planteamiento de Vicenzo, Navas era de la partida y lo era para
jugar como a él más le gusta y como ha desarrollado gran parte de su carrera,
pegado a la cal y buscando la amplitud y profundidad desde la banda. Por el
contrario, Nolito si respondería más a un perfil del típico extremo que el
italiano ha venido utilizando en su carrera, el de partir desde banda a pierna
cambiada y participando mucho más por dentro y buscando diagonales interiores.
La primera conclusión que se saca
de esto es que el técnico napolitano ha priorizado para su arranque como
sevillista las cualidades de sus jugadores, poniendo más énfasis en que estas
le otorguen al equipo rendimiento que no al contrario, es decir, que no sea exclusivamente
la idea del técnico a la que tengan que adaptarse los jugadores. Igualmente el
triángulo de mediocampo que tanto le costó encajar a Berizzo, se vio más lógico
y cómodo en los 45 minutos iniciales que en anteriores ocasiones. N´Zonzi jugó
mucho más cercano a sus defensas que lo habitual que era con “El Toto”, toda
vez que desde su desembarco en Sevilla parece haber perdido esa condición de
jugador de apertura de líneas de pase por delante del balón y aceleración de
las jugadas a la espalda de mediocampo rival, y formó un doble pivote correcto
con Pizarro. Ambos se repartían perfiles y si acaso era el argentino el que
liberaba espacios para la primera recepción de la defensa.
A esto hay que añadir que vimos,
por fin, los desplazamientos largos de Simon Kjaer, de uno de ellos se gesta el
segundo gol, aspecto en el que el danés es un jugador de gran valor y que
permite alternar el juego largo con el corto y ser también una amenaza para que
el rival no regale alegremente metros a su espalda sabiendo que no van a ser
amenazados.
También hay que decir que
Montella presentó en la primera parte sus credenciales, justo las que todos
creemos que le han llevado a Sevilla. Con él busca la entidad andaluza una
línea continuista en las dos últimas elecciones del técnico de su primer
equipo. Vincenzo es un entrenador al que le gusta que su equipo se desenvuelva
con soltura con la pelota, que domine desde el pase corto y tenga más posesión
que el rival. Bajo esta idea, se vio una mayor velocidad y movilidad en la zona
de iniciación del juego, no necesitando de manera tan dramática como en fechas
anteriores la presencia de Banega para organizar el juego desde atrás. El 10
jugó de 10, como marca su camiseta, con breves apariciones en el círculo
central. Y el equipo fue capaz de encontrarlo tanto a él como a sus compañeros
detrás de Muriel en condiciones óptimas para que el juego en la zona de
finalización fuera más rápido y vertical.
A partir de ahí gestó el Sevilla
su superioridad, la lógica que marca la categoría de ambos equipos. Y es por
ahí por donde se abre una vía de optimismo ante el juego que venían
desarrollando los de Nervión. Ver que el equipo puede no necesitar a Banega en
la iniciación y es capaz de ofrecerle la pelota cerca de sus compañeros de
ataque podría ser la mejor noticia que tuviera este conjunto en toda la
temporada, más allá que se espere el crecimiento de rendimiento de muchos de
sus jugadores y con el de ellos también el del equipo.
Juntamente con todo esto,
observamos un equipo que no recibió contragolpes- Montella también primó en su
estreno que el Sevilla tuviera el control del partido sobre cualquier otro
aspecto tanto con balón como sin él-, estuvo fases importantes del partido
defendiendo en repliegue en campo propio, activó un mayor juego al
espacio-sobre todo en banda derecha- y fue capaz, incluso, de tirar algunos
contragolpes ocupando bastante bien los distintos carriles y llegando con
efectivos a su resolución. Añádanle como dato extra que el Sevilla no cayó ni
una vez en fuera de juego, cuando pasaba por ser hasta la fecha el equipo que
más lo hacía en toda la primera división española.
Pero no todo fueron noticias
positivas, la segunda parte nos dejó una peor cara, más cercana a la que
veníamos viendo en el pasado año. Posiblemente condicionada por la superioridad
de la primera entrega y la cercana presencia del derbi, los sevillistas
replegaron líneas, defendieron mucho más abajo y no encontraron con la
facilidad de los primeros 45 minutos la salida al contragolpe. El marcador pudo
haber cambiado pese a que el equipo tampoco sufrió excesivamente.
Tampoco fue demasiado ilusionante
el rendimiento de Corchia, un jugador llamado a ser muy importante y a formar
con Jesús Navas una banda muy complementaria y que podría haber definido mucho
a este Sevilla. Sebastien es un lateral de movimientos profundos muy agresivos
y que es capaz de doblar tanto por dentro como por fuera a su compañero de
banda. Existen pocos laterales en Europa con la capacidad de romper al espacio
del francés conjuntando, además, calidad en los disparos de media distancia y en
los centros al área. Ayer el galo nos dejó una imagen bastante inferior a la
esperada, pese a que colocó 3-4 centros donde la ausencia de efectivos en zona
de remate no le dieron el valor real que tenían. Ese es otro aspecto en el que
mejorar por parte de Montella, ante superioridad y rival replegado en su área
la zona de remate sevillista volvió a verse muy despoblada más allá de Muriel y
alguna presencia de Nolito en el segundo palo.
Del balón parado habrá tiempo de
hablar, porque se atisbaron cosas interesantes, como en general a lo largo del
partido. Dosis de coherencia , un equipo que tuvo presencia en distintas fases
del juego- alternó activación tras pérdida con repliegue a campo propio, salió
a la contra, jugó situaciones más directas, tuvo más amplitud y profundidad por
fuera y buscó control con y sin balón-, y atisbos de querer ampliar su repertorio
en el modelo de juego.
La siguiente parada es el derbi
sevillano, donde Nervión ya está preparada con la ilusión renovada del nuevo
técnico y la mejoría vista en la primera parte en el Carranza. Allí los
sevillistas saben de su fortaleza y del apoyo de su afición en partidos así. Y
allí estaremos nosotros para seguir viendo la evolución que trae Vicenzo
Montella, al que iremos siguiendo muy de cerca en lo que resta de temporada.
Su puesta de largo fue más
positiva de lo esperado, sobre todo por su adaptabilidad a las condiciones de
su plantilla después de tan poco tiempo. Quizás esa sea la única conclusión
importante que se pueda sacar de su primer encuentro. Esperemos que esa sea la
dinámica habitual de su paso por Sevilla.
Miguel ¿no te pareció este primer esquema de Montella muy de Unai? Se jugó con un 4-2-3-1 en fase ofensiva con un Banega muy libre para aparecer en los espacios tras el doble pivote rival, con los extremos atacando los espacios en vez de buscando la pelota y con Pizarro apareciendo poco en la elaboración (como pasaba con Krychowiak).
ResponderEliminarAñadir además que en defensa se convertía en un 4-4-2 con Banega presionando arriba y el doble pivote en línea.
En ese sentido si estoy de acuerdo que posicionalmente el equipo fue más "lógico" por llamarle de alguna manera, pero en el desarrollo del juego la idea de Montella es diferente.
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